Este tipo de col, aunque menos conocida que la col blanca, es muy versátil en la cocina. Se puede preparar de varias formas, bien cruda o cocinada, en ensaladas, con frutos secos, con arroz, etc. Su color característico también la hace propicia para decorar platos. Otra forma es haciéndola en conserva, con vinagre y especias, que la ablandan y que le aporta un sabor característico.
Despensa:
- ½ col lombarda
- 120 gr. de vinagre de jerez
- 1 hoja pequeña de laurel
- Mostaza en grano
- Pimientas negras, rojas y blancas en grano
- 1 cucharada sopera de azúcar
- Aceite de oliva
- Sal
Preparación:
Partimos la col y la hacemos en juliana, lo más fina posible. La ponemos en un escurridor de pasta y le ponemos abundante sal. Colocamos encima un plato y la dejamos así unas horas (2-3 horas).
En una cazuela, vertemos el vinagre rebajado con un poco de agua. Le añadimos todas las especies, el azúcar y unas gotitas de aceite. Dejamos que hierva y apagamos. Dejamos reposar unos 5 minutos.
Ponemos la col en juliana en tarros de conserva y los cubrimos con el vinagre infusionado. Dejamos enfriar y luego cerramos los tarros. Los colocamos en un gran caldero, cubiertos totalmente por agua y lo dejamos hervir como 20 minutos. Dejar enfriar en el mismo caldero. De esta forma, la conserva se mantendrá durante más tiempo.
A la hora de comerla, separamos los granos de especies antes de servirla porque sino tendría un sabor muy fuerte. Se puede utilizar en infinidad de platos como ensaladas o guarniciones para carnes.
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