martes, 27 de abril de 2010
La calabaza
Aunque su sabor dulce nos puede llevar a pensar que es rica en azúcares, esta verdura tiene un bajo aporte de calorías que la hace propicia para dietas de pérdida de peso. Es más, ayuda a eliminar líquidos y regula el nivel de azúcar en la sangre. Asimismo, tiene la propiedad de que la ansiedad ante el dulce la hace desaparecer.
Su contenido en hidratos de carbono es entorno al 5-6%, unas 25-30 calorías por cada 100 gr. Es una gran fuente de potasio, además de magnesio, hierro, calcio, vitamina C y betacaroteno, gran riqueza nutritiva que se encuentra en la carne y que es debida a su color amarillo-anaranjado.
Todo ello la hacen una gran aliada contra el cáncer y los problemas cardiovaaculares, un cóctel muy saludable de antioxidantes.
El único inconveniente que puede tener es su difícil digestión que la convierten en un alimento poco adecuado para aquellas personas con problemas en el aparato digestivo.
Para su preparación hay muchas maneras. Lo único más difícil es pelarla, ya que su cáscara es bastante gruesa y dura. Haciéndolo con cuidado y ayudándonos de un cuchillo grande y afilado, o bien, dejando en agua hirviendo unos minutos, conseguiremos pelarla sin gran esfuerzo.
Las recetas en las que se puede utilizar son infinitas, desde recetas dulces a saladas. Se puede cocinar para cremas, potajes, sopas, tortas fritas, como ingredientes central de tartas, galletas, mermeladas, compotas, sus pipas como un fruto seco, etc.
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