jueves, 29 de abril de 2010

Ensalada japonesa


Como ya es sabido, los japoneses basan su gastronomía en recetas sencillas y con ingredientes los más naturales posibles. Un ejemplo es esta deliciosa ensalada. En principio, no tiene nada de especial que haya que nombrar, pero la buena combinación de sus ingredientes es lo que hace que tenga tanto éxito. Lo único más “extraño” es la salsa de soja, pero vamos, que en cualquier supermercado la encuentras perfectamente dada su gran popularidad recientemente. Este ingrediente es fundamental porque realza el sabor del resto de alimentos además de aportar proteínas y muchos nutrientes.

Ahí vamos!!

Ingredientes (para 2 personas):

* 1 pimiento rojo mediano
* 1 cebolla tierna
* 1 bote de maíz o bien maíz congelado
* Escarola (depende de su tamaño)

Para la salsa:

* 1 huevo duro
* Un poquito de salsa de soja
* Un poquito de aceite
* ½ cucharadita de vinagre de manzana
* sal

Preparación:

1. Lavar la escarola y seguidamente cortarla en trocitos, dependiendo de nuestro gusto, mas grande o pequeña.
2. Cortar también la cebolla y los pimientos (la forma la que ustedes queráis, yo lo suelo hacer en forma de juliana)
3. Mientras tanto, hervir el maíz 5 minutos en caso de que hayamos elegido maíz congelado. Escurrir y dejar enfriar (muy importante esto último)
4. Una vez frío, mezclamos todos los ingredientes en un bol más o menos hondo, para que así queden bien homogéneos.
5. Para la salsa, picamos muy fino el huevo duro y lo mezclamos con el vinagre, la salsa de soja, el aceite y la sal.
6. En el momento de servir, verter la salsa por encima de todos los ingredientes dispuestos en el bol y volver a mezclar bien.
7. Tomar fresca o a temperatura ambiente. A mi particularmente, me gusta más a temperatura ambiente porque así capto mejor el sabor de los ingredientes, salvo en días muy calurosos.

martes, 27 de abril de 2010

La calabaza


Aunque su sabor dulce nos puede llevar a pensar que es rica en azúcares, esta verdura tiene un bajo aporte de calorías que la hace propicia para dietas de pérdida de peso. Es más, ayuda a eliminar líquidos y regula el nivel de azúcar en la sangre. Asimismo, tiene la propiedad de que la ansiedad ante el dulce la hace desaparecer.
Su contenido en hidratos de carbono es entorno al 5-6%, unas 25-30 calorías por cada 100 gr. Es una gran fuente de potasio, además de magnesio, hierro, calcio, vitamina C y betacaroteno, gran riqueza nutritiva que se encuentra en la carne y que es debida a su color amarillo-anaranjado.
Todo ello la hacen una gran aliada contra el cáncer y los problemas cardiovaaculares, un cóctel muy saludable de antioxidantes.
El único inconveniente que puede tener es su difícil digestión que la convierten en un alimento poco adecuado para aquellas personas con problemas en el aparato digestivo.
Para su preparación hay muchas maneras. Lo único más difícil es pelarla, ya que su cáscara es bastante gruesa y dura. Haciéndolo con cuidado y ayudándonos de un cuchillo grande y afilado, o bien, dejando en agua hirviendo unos minutos, conseguiremos pelarla sin gran esfuerzo.
Las recetas en las que se puede utilizar son infinitas, desde recetas dulces a saladas. Se puede cocinar para cremas, potajes, sopas, tortas fritas, como ingredientes central de tartas, galletas, mermeladas, compotas, sus pipas como un fruto seco, etc.

domingo, 25 de abril de 2010

Mermelada de calabaza


Teniendo bastante calabaza en casa y gustándome mucho las mermeladas, me he decidido por hacer una mermelada de calabaza. La receta es mia propia, porque aunque tenia varias, no me he decidido por ninguna, sino que la he hecho según mis intuición pero cogiendo un poco de cada una de ellas.
Sé que es una receta laborios, pero con tener un poco de paciencia, ya está hecha. Los resultados merecen la pena, y más aún, siendo algo hecho por nosotros y sabiendo realmente que es lo que nos llevamos a la boca.
Con unas tostadas, está rica, rica.

Despensa:
1 kg de calabaza
500 gr de azúcar moreno
2 naranjas de zumo
1 limón
un trocito de vaina de vainilla
un trocito de canela en rama

Preparación:
1. Pelamos la calabaza y la partimos en pequeños trozos. La ponemos en un recipiente grande, que no quede muy amontonada.
2. Le añadimos todo el azúcar, el zumo de las naranjas y la cáscara del limón. Acabamos poniéndole la vainilla y la canela.
3. Todo esto lo tapamos y lo dejamos reposar 12 horas, por ejemplo, una noche.
4. Al día siguiente, lo ponemos al fuego, suave y desde que comience a hervir, lo dejamos media hora cocinandose.
5. A continuación, le sacamos la canela y la vainilla y batimos toda la calabaza hasta conseguir una crema.
6. Si vemos que la calabaza aún está cruda o que es muy líquida la crema resultante, la vovlemos a poner al fuego hasta conseguir la consistencia deseada. No olvidar de hacerlo a un fuego no muy alto, porque sino oscurece demasiado.
7. Para su conservación, se puede envasar en botes de cristal, los cuales pondremos a hervir para esterilizarlos antes de su llenado y tras éste. De esa forma, queda al vacío. Aproximadamente, unos 20 minutos en agua bien caliente.
Igualmente, también se conserva bien durante bastante tiempo en la nevera, en un tupper bien cerrado.

viernes, 23 de abril de 2010

Gominolas de casa


Esta receta me la dijeron unos amigos, y la verdad que me gustó mucho, sobre todo en aquellos momentos en los que apetece algo más dulce. Espero que la prueben.

Ingredientes:

* Moldes tipo cubiteras (preferiblemente los de silicona, tan famosos ultimamente) de diferentes formas: corazones, estrellas, etc
* 1 sobre de gelatina de sabor (la que más nos guste)
* 2 sobres de gelatina neutra o bien gelatina en láminas (ver el tamaño de éstas y a cuantos gramos corresponde cada una en las instrucciones de uso)
* 300 gr de azúcar (si queremos podemos poner menos, según si nos gusta más o menos dulce)
* 1 vaso y medio de agua
* un poquito de aceite de girasol para engrasar los moldes
* brocha de cocina para engrasar los moldes (opcional)

Preparación:

1. Empezamos engrasando los moldes con la ayuda de la brocha de cocina. En el caso de que no tengáis, con la ayuda de una servilleta empapada en un poco de aceite, también sirve.
2. En un cazo, poner el agua con los sobres de gelatina (el de sabor y el neutro) a calentar. Los vamos añadiendo poco a poco para diluir bien la gelatina.
3. Remover constantemente alrededor de unos 10 minutos, pero sin dejar que hierva.
4. Con cuidado, y si quéreis con un cucharón o una cuchara, verter la gelatina en los moldes.
5. Dejar reposar 12 horas y luego poner en la nevera para que endurezca mejor.
6. Desmoldarlos con cuidado y rebozar las figuritas en azúcar.
7. Por último... ¡A comer!

Garbanzos con crema de espinacas

Es por todos conocido, el hecho de que las legumbres son uno de los alimentos que no debe faltar nunca en cualquier dieta. Son una basa fundamental porque aportan además de hidratos, una gran cantidad de proteínas. En especial, el garbanzo es una de las legumbres que más cantidad aportan. Por ello, aquí os dejo esta receta que junto con las espinacas forman un plato excelente y muy bueno para la salud cardiovascular.

Espero que os guste. Les animo a probarlo.

Ingredientes (para 2 personas):

* 250 gr. de garbanzos cocinados
* ½ paquete de espinacas congeladas (tamaño de las que vienen compactas en un bloque)
* 3-4 dientes de ajo (según si gusta mucho o no el sabor de éste)
* 1 rebanada de pan (puede ser del día anterior)
* Leche entera o leche evaporada
* 1 cucharadita de cominos en polvo
* 2-3 clavos de olor
* Aceite de oliva
* Pimentón
* Pimienta negra recién molida
* Sal

Preparación:

1. Podemos trabajar bien con garbanzos secos y luego cocinarlos por nosotros mismos o bien, los envasados ya cocinados. A mi, particularmente, me gusta más los cocinados por mi misma. Son más económicos y más naturales. Para aquellas personas con poco tiempo, pueden cocinarlos un fin de semana, por ejemplo, que se tiene mas tiempo libre y congelarlos una vez ya cocinados. O bien, tirar del bote. De esta forma, la receta se hace rápidamente.

Para cocinarlos, yo les pongo un poco de sal y los clavos de olor porque le dan un buen sabor. También se le puede añadir al agua otras hierbitas como laurel, tomillo, etc.

2. Las espinacas las coceremos entre unos 10-15 minutos, no con mucha agua porque ya de por si ellas tienen bastante. Y ya sabemos que cuanta menos agua, menos nutrientes se “irán” con el agua de cocinar.
3. Mientras éstas se cocinan, calentamos aceite en una sartén y sofreímos los ajos cortaditos. Con fuego bajo-medio y siempre removiendo para evitar que se quemen (cosa que odio). A continuación añadimos la rebanada de pan picadita también en trocitos. Veréis que el pan se chupara bastante aceite. Yo lo que hago, es sofreír el ajo en poquita aceite y el resto para el pan. Así aligeramos calorías y no queda tan grasiento el plato.
4. Tras esto, trituramos el ajo con el pan. Quedará un poco seco, pero no importa.
5. Una vez cocinadas las espinacas, las añadimos a la sartén del sofrito y mezclamos todo bien por 5 minutos. Luego los garbanzos y volvemos a mezclar otros 5 minutos. Podemos añadir un poco de comino molido, pimienta negra recién molida, sal si vemos que está soso. Y tras esto, la leche (que cubra más o menos toda la superficie de los garbanzos).Y un poquito de pimentón espolvoreado por encima.
6. Dejamos cocinar alrededor de 10 minutos, pero siempre mirando de vez en cuando por si toda la leche se ha evaporado. Yo suelo tapar el sartén y así se cocina en conjunto antes (apago el fuego y lo dejo 5 minutitos a que repose).
7. Quedará un plato de garbanzos con una crema ligeramente verde junto con las espinacas.
8. Sencillamente: delicioso y muy saludable!!

Otras variantes:

Algunas amistades me han comentado que este plato lo hacen de igual forma, pero añadiéndole bacon, jamón serrano o algún fruto seco como son los piñones. Yo no lo he probado de esa forma, pero seguro que ha de estar igualmente delicioso.

miércoles, 21 de abril de 2010

Salsa de tomate casera


Como ya hable en el anterior post del tomate, hoy me dedique a hacer una salsa de tomate que, la verdad, merece la pena dedicarle el tiempo que supone hacerla. Además de que es mucho más natural y sana, al no contener aditivos ni conservantes, su aroma y sabor son estupendos. Pero para ello hay que contar con una buena materia prima como pueden ser los ecológicos.

En mi caso, los tomates con los que hice la receta fueron cultivados por mi propia madre. Pero aún así, si no disponemos de tomates ecológicos, también podemos optar por los del super o mercado, porque quedará igualmente buenísima.

Les dejo la receta, es muy sencillo:

Ingredientes:

· 1 kg de tomate (mejor los de salsa por ser más jugosos)

· 1 cebolla mediana

· ½ pimiento rojo

· 2 dientes de ajo

· 1 cucharada de postre de azúcar

· Aceite de oliva extra virgen

· Laurel

· Sal

· Orégano

Preparación:

1. En una sartén amplia, ponemos la cebolla en juliana a pochar con un poco de aceite de oliva junto con los 2 dientes de ajo y el pimiento en trocitos. Dejamos que todo esto se cocine, hasta que la cebolla tome un color dorado.

2. Ahora lavamos bien lavados los tomates, le quitamos el rabito y los partimos en cuatro (no hace falta sacarles la piel)

3. Sofreímos todo junto hasta que estén bien cocinados.

4. Un poquito antes de que vaya a estar, añadimos la cucharadita de azúcar y la sal.

5. Separamos el sartén y dejamos enfriar.

6. Una vez frío, lo trituramos todo con la batidora o bien podemos pasarlo por el pasapurés. De esta última forma, las pieles se quedan en el pasapurés y asi nos queda una crema limpia y sin pieles ni semillas. En el caso de hacerlo con la batidora, tras triturados los tomates, lo que hacemos es pasar la salsa por un colador grande , y con la ayuda de un cucharón o cuchara ir removiendo en sentido giratorio y así colarlo de tal forma que las pieles y semillas no trituradas completamente se queden ahí.

7. Una vez que la tengamos hecha, la podemos poner en el frigorífico y nos durará de 2 a 3 días. Por ello, si se hace más cantidad doblando las medidas, se puede congelar en tarros y disponer de Salsa de tomate casera cuando nos apetezca.

lunes, 19 de abril de 2010

El tomate



Todos sabemos y hasta me atrevo a decir, cansados de escuchar, de que es necesario comer todos los días de nuestra vida verduras y frutas. Aconsejan como mínimo 5 raciones de éstas repartidas a lo largo de todo un día.
Y cómo no, el tomate es necesario tomarlo, bien como fruta o como verdura, porque es las dos cosas a la vez. Como fruta al consumirse en crudo e incluso dulce (se pueden hacer verdaderas mermeladas fantásticas). Y como verdura al introducirse en guisos, sofritos, etc.
Uno de las cualidades que lo hacen un importante antioxidante ante los radicales libres, es su aportación en vitaminas del grupo A, C y K, además del licopeno (un pigmento que le da el color rojo), que lo hace en un importante defensor ante el cáncer, especialmente el de próstata. Pero para ello, debe ser cocinado ya que de esa forma se concentra aún más y se asimila de mejor forma. Otras frutas que contiene este tipo de defensor son aquellos de color rojo intenso como es el caso de la sandia.
Además de esto, tiene un importante efecto depurativo y aconsejable para el caso de estreñimiento dentro de una dieta rica en fibra.
El único inconveniente, es que para estómagos más delicados puede provocar acidez o sentar pesado. Dependerá de la persona y de cómo responda el estómago ante su consumo.
Como canaria que soy, me centro ya por último, en el tomate canario. Sus orígenes radican por el año 1885 en la ciudad de Telde (Gran Canaria), que fue cuando se empezó a cultivar. Debido al éxito inicial que tuvo y al buen clima de las Islas que propiciaba su plantación tanto en verano como en invierno, se fue extendiendo por todas las islas. Ello hizo que se convirtiera en uno de los pilares de la economía canaria ayudado por la situación del Archipiélago en régimen de Puertos Francos que permitían su exportación. Aunque en la actualidad su comercialización ha descendido, se sigue cultivando y vendiendo para el extranjero debido a la gran resistencia que tiene para ser transportado a que mantiene su aroma y jugosidad sin perder esa carnosidad que lo caracteriza.

Ensalada primaveral


Siguiendo con las ensaladas, hoy os presento una ensalada muy típica, pero que por ello no deja de ser riquísima. Muy ideal para días de verano, y de acompañamiento para otro platos en los que las verduras se encuentran ausentes. Así que para aquellos poco amigos de las ensaladas, les invito a que las prueben, al menos una vez
Espero que guste!

Despensa:
Lechuga
Pimiento rojo
Zanahoria
Maiz
Cebolla (si es morada, mejor)
Brotes de soja
Aguacate

Preparación:
Lavar la lechuga y escurrirla muy bien (una ensalada con agua no es una buena ensalada). Picarla finamente y ponerla en un bol. Picar el pimiento y la zanahoria al gusto, al igual que la cebolla. Y añadirselo a la lechuga. Luego lo brotes de soja y el maíz.
Todo esto los mezclamos bien y luego lo pasamos a un plato o fuente. Terminamos picando el aguacate y poniéndolo por encima de la ensalada (lo ponemos al final, porque si lo mezclamos con el resto de ingredientes se puede deshacer, es muy delicado). Por último, aliñarla con aceite y vinagre.
Y a comer!

domingo, 18 de abril de 2010

Ensalada de pasta con remolacha y yogur



Somos lo que comemos... así que ¿por qué no empezar a comer bien?
Este es un dicho muy usual y que entraña muchas verdades. Dependiendo de cómo tratemos a nuestro cuerpo, éste nos responde de una forma u otra. Y una de las maneras, es comiendo de forma saludable, moderada y ligera. Perteneciendo a países de la cuenca mediterránea, más fácil aún de cumplir estas premisas, así que manos a la obra.
Esta ensalada es muy fácil de hacer, con alimentos de todos los días y que nos puede ayudar a cuidar nuestro cuerpo. Y si a todas estas ventajas, le añadimos su increible sabor, qué más pedir, no creen?
Como cena está deliciosa. Cómprobadlo.

Despensa:
Pasta corta, tipo macarrón
Hojas de lechuga
Remolacha cocida
Pimiento asado en tiras
Pistachos
Yogur natural
Aceite de oliva
Zumo de limón

Preparación:
Cocinamos la pasta como nos indique el envase con el que la compramos. En el caso de que no se explique. Mientras se cocina, lavamos bien las hojas de lechuga y las hacemos en juliana. La servimos en un plato, en su base. A continuación, picamos en pequeños trozos la remolacha cocida y se la añadimos por encima a la lechuga.
Luego, y una vez cocida la pasta, la vertemos por encima de la remolacha; encima de ésta, el pimiento en tiras finitas.
Preparamos la salsa de yogur. Para ello, ponemos en un bol el yogur natural, un chorrito pequeño de aceite y el zumo de medio limón, aproximadamente. Todo eso lo batimos fuertemente con una cuchara, hasta ligar totalmente los ingredientes.
Ya solo queda regar la ensalada con la salsa de yogur, y luego terminar adornándola con pistachos pelados y picados en pequeños trozos.

Así de fácil y económica es esta ensalada. Lo que más me gusta, es el contraste de la salsa con el resto de ingredientes y el encontrarse en la boca los pistachos picaditos. Deliciosa!

sábado, 17 de abril de 2010

Ensalada mediterránea


Ya se va acercando en veranito y va apeteciendo más las ensaladas. Llega el buen tiempo y el mercado está lleno de verduras y hortalizas frescas de la temporada.
Yo me he decidido a hacer hoy esta ensalada por primera vez, y su resultado me sorprendió. Está muy buena, la vinagreta es lo que le da el gustito rico y que junto con unas tostadas, está deliciosa.

Depensa:
Tomates de ensalada
Cebolla morada
Queso fresco en dados
Aceitunas negras
Aceitunas verdes
Aceite de oliva
Perefij
Cilantro
Orégano
Sal

Preparación:
Lavar los tomates, secarlos y retirar el péndulo. Córtarlos en rodajas finas, y luego estas a la mitad. Ponerlos en una fuente. A continuación picar finamente la cebolla morada, ponerla en remojo con vinagre para quitarse el excesivo amargor y luego esparcirla por encima de los tomates.
Agregamos los trozos de queso, las aceitunas negras y verdes. Paa la salsa, mezclamos el aceite con el perefil, el cilantro, el orégano y la sal. Todo ello lo batimos bien, hasta conseguir una textura de nuestro agrado.
Por último, sazonamos la ensalada regándola con la salsa de hecha y servir.

viernes, 16 de abril de 2010

Tapenade o paté de aceitunas


El tapenade es una receta muy antigua hecho a base de aceitunas u olivas negras trituradas y mezcladas con alcaparras, anchoas y aceite de oliva.
Es muy popular en la cocina del sur de Francia, donde se come untado en una tostadas como aperitivo o entrante. Para mi, particularmente, me encanta en tostadas con hummus, ponérselo por encima (en la foto lo podéis apreciar).
Mi receta es la siguiente.

Despensa:
10 gr. de aceitunas negras
medio diente de ajo
5-6 alcaparras
1 anchoa
una pizca de aceite de oliva
una pizca de tomillo y de romero

Preparación:
Poner en un bol todos los ingredientes, y batirlos con la ayuda de la batidora de mano, hasta conseguir la textura que deseamos. Si queremos, como igual pasa para la elaboración del hummus, podemos preparar el paté a base de mortero, triturando los ingredientes a mano. Todo depende de la textura que nos guste, si más fina o mas gruesa.

Para tomarlos, untarlo en una tostada, así solo, es muy rico. Pero también es muy bueno, si lo acompañamos de hummus y por encima de él, ponemos unas tiritas de pimiento asado. Puede ser un aperitivo muy bueno, o incluso una cena con los amigos.

Hummus o paté de garbanzos



Este paté de garbanzos o también llamado Hummus, es un plato muy típico en la cocina árabe, aunque hoy en día lo es en cualquier país.
Hay diversas formas de elaborarlo, yo pondré aqui mi manera de hacerlo, pero ya digo, cada uno tiene su forma. En lo que no hay duda es en que es muy rico y como entrante o aperitivo untado en pan, está delicioso.
La receta es la siguiente:

Despensa:
400 gr de garbanzos cocidos y un poco de su caldo
zumo de medio limón
40 ml de aceite de oliva
3 cucharadas de tahini (también llamado puré de sésamo, se puede encontrar en herbolarios o tiendas especializadas)
1 diente de ajo
perejil
pimentón dulce o picante, al gusto
comino en polvo
pimienta negra
sal

Preparación:
Para hacer este puré podemos preparar los garbanzos de dos formas: bien batir los garbanzos con una batidora de mano (de esta forma queda un puré muy fino) o bien machacarlos por separado en un mortero o a mano con la ayuda de un tenedor (de esta forma queda con una textura mas gruesa, más artesanal, pero igualmente buena).
Pues bien, tras tener los garbanzos triturados, añadimos el resto de ingredientes en otro bol o en el vaso de la batidora y lo batimos todo muy bien, hasta conseguir la textura deseada.
Mezclamos los garbanzos con la anterior mezcla y ya tenemos el hummus hecho. Si queremos, podemos servirlo en un cuenco o cualquier recipiente y adornarlo por encima con garbanzos enteros y una ramita de perejil.
Yo, como se ve en la foto, no lo adorne con nada, pero haciéndolo queda mucho mas vistoso.

Ahora solo falta buscar una rebanada de pan (o pan pita, que es el pan original con el que se come este paté) y untarla con el hummus. Sencillamente, delicioso!!

martes, 13 de abril de 2010

Ensalada fría de garbanzos


Estamos acostumbrados a tomar las legumbres en platos de cuchara, en invierno cuando el frío se hace notar y en esos días en los que un buen plato de legumbres compuestas sienta de maravilla.
Pues bien, hay otras formas de comer legumbres que no sea en plato de cuchara. Una de esas maneras, es en ensalada. Para los meses estivales se trata de un plato muy rico, fresco y a la vez nutritivo. Todo un lujo, al alcance de cualquiera por ser muy económico. Y si se tienen las legumbres ya cocidas, en tarros de conserva, muy rápida de hacer.

Despensa:
Garbanzos
Lechuga
Cebolla morada
Zanahoria
Pimiento rojo
Soja germinada
Atún en conserva

Preparación:
Lavar la lechuga y picarla finamente en juliana. Igualmente con la cebolla, dejándola en remojo unos minutos con vinagre para sacarle el amargor. Picar la zanahoria y el pimiento. Mezclar todos estos ingredientes junto con los garbanzos. Terminar añadiendo el atún desmenuzado y la soja germinada. Aliñar y salpimentar.
Si gusta, se le puede añadir un poco de orégano seco por encima. Le da un toque muy bueno.
Y a comer!

lunes, 5 de abril de 2010

Crepes



Los crepes son típicos de Francia, allí se originó su receta. Pero a lo largo de los años, su conocimiento se ha extendido mucho en todo el mundo, llegando a ser una receta de toda la vida. Esa vez los hice para untarlos en miel y otros con azucar y limón. Están exquisitos! Es mi desayuno preferido, sin lugar a dudas. La forma en la que yo los hago es la siguiente: Despensa: leche 1 huevo harina sal Preparación: Cascar el huevo en un cuenco y batirlo con un tenedor o varillas. Le añadimos leche a continuación, y batimos. Poco a poco vamos poniendole harina, tamizada para que no se formen grumos, y se va mezclando con las varillas hasta conseguir una salsa, que sea ligera pero a la vez cremosa, consistente. Y lo dejamos reposar en la nevera media hora, porque asi el crepe queda mejor (tamién se pueden freir en el momento). Con la ayuda de un cucharón, ponemos 1 cucharón de salsa en una sartén untada en aceite y caliente. Intentamos que quede lo mas fino posible. Dejamos que se dore por un lado y luego se le da la vuelta. Hasta conseguir el crepe. Lo ponemos en una bandeja, donde los iremos colocando todos. Para comerlos, se pueden rellenar con infinitos ingredientes:mermelada, chocolate, miel, azúcal y limón, etc. Las fotos siguientes son de los que hice yo: uno de azúcar y limón (el que más me gusta) y otro de miel y canela (también rico).

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